Abyssinia

La revista Abyssinia (1999-2001) surgió por iniciativa de María Negroni y de Jorge Monteleone en el marco del Instituto de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, dirigido por Noé Jitrik, como parte de un proyecto llamado «Aula de Poesía de Buenos Aires», y convocó a tres escritores y críticos vinculados con la poesía: Gonzalo Aguilar, Carlos Battilana y Enrique Foffani. El grupo diseñó y supervisó todos los contenidos de ambos números, que aspiraban al formato de una revista-libro de aparición anual. Se alojó, con la finalidad de ser ampliamente divulgada a través de kioscos y librerías, en la editorial EUDEBA, casa editorial de la Universidad de Buenos Aires. La finalidad era sostener una publicación de poesía y poética diversa y ecléctica, pero que se produjera en aquella editorial de amplio alcance en la divulgación –como fue su tradición por décadas– y con un diseño que formaba parte de su propia estética (realizado por la diseñadora María Laura Piaggio) en torno de la figura de Arthur Rimbaud. 

Abyssinia, aquel lugar al que Rimbaud parte, era el topos elegido como zona de extrañamiento y por eso mismo la grafía del nombre era extranjera, aunque al pronunciarla sonaría como el mismo vocablo en español. Esa paradoja hallaría en una lejana expresión de Osvaldo Lamborghini una intrínseca razón de ser: “Cuando Rimbaud dice me voy, hay que entender que se viene; lo que pasa es que con el afrancesamiento uno lee que Rimbaud se va y por identificación con él uno se está yendo. No, vos no te vas con él, estás acá esperándolo. Se va quiere decir que se viene para ad; África, las pampas argentinas, todo igual para Rimbaud». 

El número 2 ofrecía dos textos de sus directores, que habían acompañado la presentación del número 1 (noviembre de 1999) en el Instituto de Cooperación Iberoamericano (ICI), entonces dirigido por José «Tono» Martínez, y que había sido “apadrinado” por los poetas Amelia Biagioni y Hugo Padeletti, quienes también participaron en el segundo número. Dichos textos funcionan como una especie de manifiesto de la estética y el proyecto editorial de Abyssinia, y ambos toman a Rimbaud como referente. “Los poemas escritos son huellas en la arena. Señalan pulcramente aquello que extrañamos” escribe Negroni. “Abyssinia es el sitio de lo no intercambiable. (…). Un espacio donde todo trabajo no redunda en ganancia sino en incesante pérdida, gasto sin rumbo, exceso en perpetua resta”. escribe Monteleone. 

La historia marcó la aparición del segundo número de Abyssinia en el mismo mes de la gran crisis institucional argentina: diciembre de 2001, en cuyas páginas Francine Masiello reflexionaba sobre “Poesía y mercado”. Las dificultades materiales surgidas de aquel momento político truncaron la continuidad del proyecto en EUDEBA. El anacronismo –como estética de los tiempos superpuestos y fluidos que no se anclan en el puro presente– ; la autorreflexión –como indicios de la poesía que se piensa a sí misma en la tradición moderna del poema crítico– y la extraterritorialidad –como espacios alternos que presentan una cierta otredad y extranjería de lo poético– eran signos evidentes del proyecto.  

Las secciones de la revista reflejan esas dimensiones: “Poéticas” publica ensayos literarios que teorizan acerca de diversos aspectos de la poesía; “Versiones” ofrece un amplio espacio a la traducción de poesía con introducciones críticas a los diversos textos elegidos, entre tantos otras; “Daguerrotipos” explora los diversos vínculos entre poesía y experiencia vivida, por ejemplo; “Pasajes” ofrece textos sobre la confluencia de la poesía con otras artes como las artes visuales, la fotografía, el cine, la historieta, entre otras; “Preferencias” toma el lugar habitual de las reseñas, pero sobre textos de distintas épocas, nunca como interpretación urgente de la poesía inmediata a menos que el autor del texto así lo eligiera.  

En la revista colaboraron, entre otros, artistas y pensadores de diversas procedencias, como Ana María Barrenechea, Olga Orozco, Blanca Varela, Tamara Kamenszain, Arturo Carrera, Augusto de Campos, Luis Thonis, Guillermo Saavedra, David Oubiña, Pablo de Santis y Max Cachimba, Alfredo Prior, Mercedes Roffé, entre tantos otros. Aparecen también textos de Susana Thénon, Alejandra Pizarnik, John Cage, César Vallejo o Enrique Banchs. Y la traducción presente tanto en los ensayos el de Yves Bonnefoy o el de Giorgio Agamben, por ejemplo–, como en los poemas en edición bilingüe de autores de los más variados recorridos: Mary Sarton, Georges Rodenbach, Césario Verde, Ingeborg Bachmann, entre otros. 

  • Título: Abyssinia. Revista de poesía y poética. 
  • Período: 1999-2001.
  • Números: 2.
  • Formato: 26 cm x 15cm, formato libro.
  • Lugar de edición: Capital Federal.
  • Directores: María Negroni, Jorge Monteleone.
  • Consejo de redacción: Enrique Foffani, Gonzalo Aguilar, Carlos Battilana.
  • Colaboradores del primer número: Noé Jitrik, Jason Wilson, Ana María Barreanechea, Bernard McGuirk, Nicolás Rosa, Andrés Avellaneda,  Hugo Gola, Saúl Yurkievich, David Huerta, Julio Ortega, Jean Franco, Gwen Kirkpatrick, Ricardo Piglia, Blanca Varela, Augusto de Campos, Olga Orozco, David Lagmanovich, José Emilio Pacheco, Martín Mooij,  Susana Reisz,  Francisco Madariaga.
  • Colaboradores del segundo número: Noé Jitrik, Jason Wilson, Ana María Barreanechea, Bernard McGuirk, Nicolás Rosa, Andrés Avellaneda,  Hugo Gola, Saúl Yurkievich, David Huerta, Julio Ortega, Jean Franco, Gwen Kirkpatrick, Ricardo Piglia, Blanca Varela, Augusto de Campos, Olga Orozco, David Lagmanovich, Francine Masiello, José Emilio Pacheco, Martín Mooij,  Susana Reisz,  Christian Wentzlaff-Eggebert.
  • Observaciones: revista publicada por editorial Eudeba. El número 1 contiene 270 páginas y el número 2, 295.